Son la base de toda comida rica, y aunque lloremos un poco son imprescindibles para quienes disfrutamos de cocinar.
Rojas,blancas, amarillas,largas, tardias o tempranas,cebollín o ciboulette, cipolla o cebolleta . Me gusta la cebolla, por eso hoy dejo aqui este regalo con un pedacito de Oda a la cebolla de Neruda...
...Pero al alcance de las manos del pueblo
Regada con aceite,
Regada con aceite,
Espolvoreada con un poco de sal,
matas el hambre del jornalero
en el duro camino.
Estrella de los pobres,
en el duro camino.
Estrella de los pobres,
Hada madrina
envuelta
en delicado papel,
sales del suelo,eterna, intacta,
sales del suelo,eterna, intacta,
pura como semilla de astro,
y al cortarte
el cuchillo en la cocina
sube la única lágrima
sin pena...
Y un poco de Vallejo " Quiero laurearme pero me encebollo". Laurel que enaltece y cebolla tan carnal!
Y nos encebollamos con una compotita agridulce de cebollas rojas.
Preparamos un almibar con partes iguales de vinagre y azúcar ( si es de caña mejor) y, mientras tanto, cortamos bien finita, en plumas, una cebolla roja.
Cuando se hizo el almibar lo ponemos en un frasco y hacemos que se encuentre con él -todavía caliente- a la cebollita roja plumona. Ahora a tapar y guardar.Déjelos tranquilos 15 dias. Recién ahí estarán dispuestos a encebollar algun bocado de carne. Y no se preocupen por los laureles...